Desde que apareció Internet en los 90, cada día y de forma constante se
ha ido plegando a nuestras vidas. Ese movimiento ha pasado por absolutamente
todos los ámbitos culturares, sociales, laborales, empresariales… y con la
explosión (hace ya unos años) del 2.0 la comunicación en este sentido y la
evolución de este ha sido imparable. El mundo de la odontología no ha sido, por supuesto, una excepción a
esto. Vamos a presentar por medio de este artículo tanto una declaración de
cómo en Clínicas DEA vemos Internet y la odontología, así como también, lo que
estamos haciendo, para que tanto pacientes como usuarios tengan más información
y que puedan colaborar en este proyecto.
Desde las redes
sociales y de contenido como Facebook o Twitter se nos permiten una serie
de acciones fundamental para cualquier profesional de la odontología.
En el caso concreto de Facebook, como ya sabemos, este tiene
millones de millones (y subiendo) en todo el mundo, y claro, desde el perfil de
Clínicas DEA estamos subiendo información sobre nuestros servicios e información interesante para los
pacientes, o responder abiertamente consultas que los usuarios pueden realizar.
El verdadero valor de esto está en la creación de vínculos y relaciones
con tanto pacientes (fidelización), como para posible pacientes y usuarios
generales de facebook que interactúan con personas cercanas a los mensajes
(captación).
Twitter y su propia fisionomía, nos permiten hacer cosas más directas y
concretas. Nuestra apuesta está aquí en los microconsejos y en las relaciones
profesionales en exclusiva para trasmitir tanto valor en la comunidad como
crecimiento de reputación online.
Otra de las nuevas líneas abiertas es LinkedIn. Donde nuestra recomendación es la relación profesional
con perfiles enmarcados dentro de la odontología. Esta relación nos permitirá
saber la actualidad del mercado profesional y los flujos de este.
Y por último, este mismo blog, dedicado a informar a nuestros pacientes o a cualquier
usuario sobre la importancia de la higiene, o tratamientos y curiosidades, o
incluso, ser un lugar de expresión de toda nuestra comunidad para hacer de su
experiencia otro de nuestros valores.
Pero
nada de esto tiene sentido si no existe un público dispuesto a participar, a
escuchar, y lo más importante, a dialogar.